Tal y como la defino desde la consciencia cuántica se trata del conjunto de percepciones externas e internas, conscientes , subconscientes e inconscientes que nos hacen tomar consciencia del “estar aquí” . Su recepción puede ser exógena-los sentidos- y endógena –intuición y/o revelación-. Todas estas informaciones pueden ser contempladas desde los niveles de profundidad de la consciencia y por tanto constituyen así mismo nuevas percepciones que se suman a todo lo anterior.
Lejos del hablar inauténtico observamos que la realidad es algo muy complejo; que se trata de un proceso fluctuante y que no tiene fin en si mismo. La realidad no es algo fijo.
La realidad lo incluye todo y no excluye nada . La realidad es algo vivo porque de ella proceden muchas y variadas formas de percibirla. No tiene un punto fijo para percibirla pero está llena de vida y fuerza
Es precisamente por eso que no existe entrenamiento alguno para captar la realidad. Cuando muestro un método estoy, sin duda, mostrando una parte muy pequeña de mi realidad. El observador, incluso, no puede discernir si esta es patológica o no lo es. Cualquier entrenamiento supone cercenar la libertad para volar ; porque inexorablemente la realidad que puede ser enseñada no es realidad. No existen ejercicios para percibirla porque la realidad es un proceso tan libre que sería enjaularla en el propio movimiento.
El agua cuando se introduce en una botella toma la forma de la botella y cuando se introduce en una esfera toma la forma de la esfera . Cuando alguien trata de enseñar la realidad está esclavizándola y, como el agua, hace que quien aprende de él adopte la forma de su instructor. Es él entonces quien impone su realidad y esto es trágico ¡de veras! Reflexionen sobre este particular.
Yo no enseño a percibir la realidad porque estaría esclavizando consciencias. Enseño simplemente a que cada cual descubra su auténtica esencia para poner en marcha sus mecanismos íntimos de percepción.
La realidad tiene tres poderosos enemigos que convierten al hombre en un ser vencido de antemano .
El primero de ellos es aferrase a las cosas que creemos muy importantes en nuestra vida, cuando en realidad se trata de cosas superfluas.
En vez de describir todas esas cosas diré que lo más importante de la vida es “aquello que no sirve para nada”. El hombre de conocimiento busca a menudo en lo aparentemente inútil y ahí se abre a realidades extraordinarias..
El segundo enemigo es pensar que tenemos bien agarrada la realidad cuando en realidad la realidad en todas su formas nos agarra a nosotros. Es en suma un proceso de desprendimiento , de ausencia de falso poder. Con el poder verdadero el hombre no tiembla porque lo pueda perder.
Cuando la realidad te pregunta y te pregunta fuerte , jamás puedes contestar en primera persona. La respuesta está en nosotros , en el plural. Cuando el hombre de conocimiento va conquistando estas etapas es cuando es consciente de que se puede ver más allá del cuerpo físico y de los sentidos .
Me gusta, cuando así me expreso, ser el provocador de un detonador que los lleve hacia un viaje iniciático – el viaje interior- y que descubran algún rincón de su alma o de su corazón que quizá hace tiempo no visitan.
Cuando sientan que su corazón les dicta que su vida, pese a todo, merece la pena es cuando alcanzarán el último eslabón y con él su peor enemigo y ese es el miedo a perderla .
El hombre de conocimiento , el que aspira a vislumbrar la auténtica realidad, la que emana de sus entrañas, descubre que deja de preocuparse por tener una vida muy larga. Un viejo brujo me dijo en una ocasión, hace ya muchos años: “Pablito la vida no se puede alargar pero siempre, siempre, se puede ensanchar”
Los locos ,los niños , los poetas, los brujos y los chamanes de cualquier parte del mundo conocen esto. Por eso parecen tristes pero no es una tristeza humana. No es más que le reflejo de su sabiduría .
Ahora bien ¿cuantos de ustedes han comenzado a dejar de preocuparse por le devenir y han empezado a ensanchar su vida?
Recuerden no hay técnica, no hay camino sólo una soberana lección que por su aparente inutilidad encierra el secreto del poder : La vida no se puede alargar, pero siempre se puede ensanchar. ¡No lo olviden!